- Hasta mediados de diciembre se llevarán a cabo más de medio centenar de controles en establecimientos, principalmente tiendas multiprecio
- Los agentes hacen hincapié en productos como guirnaldas, elementos eléctricos como regletas o cables, además de juguetes susceptibles de incendio o desprendimiento
La Policía Local de Elche ha iniciado una campaña de inspecciones de productos alertados por el Ministerio de Consumo en establecimientos comerciales de cara que venden diferentes elementos con motivo de la época navideña. Hasta mediados del mes de diciembre se llevarán a cabo controles en más de medio centenar de locales, especialmente en tiendas multiprecio, para localizar aquellos productos que pueden suponer un riesgo o lesión en los consumidores.
El inspector de la Unidad de Actividades y Establecimientos de la Policía Local, José Antonio Corrales, ha señalado que desde el comienzo de esta campaña se han realizado una más de una veintena de inspecciones en establecimientos que venden principalmente componentes eléctricos, luminarias o juguetes. “Con la llegada de estas fechas se incrementan las ventas de este tipo de productos y más con temática navideña y algunos de ellos son susceptibles de incendios o atragantamientos”.
Así, ha indicado que, durante estos controles, se hace hincapié en productos luminosos o eléctricos como enchufes, regletas, cables, guirnaldas para el belén o el árbol que pueden provocar incendios, además de juguetes o prendas de fantasía que cuenten con piezas pequeñas o elementos que puedan desprenderse fácilmente.
Según el inspector de la Policía Local, los agentes realizan una comprobación de las instrucciones de uso, etiquetado, falta de información o si los productos se encuentran alertados por posible riesgo de incendio o atragantamiento.
Desde el inicio de la campaña se han retirado de la circulación alrededor de 1.000 productos como muñecos y peluches, diademas con cascabeles, guirnaldas o regletas por riesgo de desprendimiento o falta de etiquetado. De esta forma, los elementos se intervienen en el propio comercio, se levanta acta dirigida a la Conselleria de Consumo y los productos se precintan y quedan en la trastienda hasta que los inspectores se hagan cargo de ellos y lleven adelante posibles procedimientos sancionadores.
