El MUBAG abre sus puertas al arte italiano con una selección de grandes obras maestras del siglo XX

  • La exposición ‘Milán. Vitrina de la modernidad’, que se podrá visitar hasta el 4 de mayo, reúne más de cien piezas de incalculable valor histórico y cultural

Milán. Vitrina de la modernidad. Un viaje por el arte italiano de la primera mitad del siglo XX’ es la nueva propuesta del Museo de Bellas Artes de Alicante que reúne grandes obras maestras de más de sesenta prestigiosas instituciones, prestadores privados y destacados museos de Italia.   

          El diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, ha inaugurado esta exposición que se podrá visitar hasta el próximo 4 de mayo y que se centra en el papel transformador de la metrópoli lombarda en el arte del siglo XX. “Una vez más, la Diputación ha estrechado sus lazos de cooperación internacional para, a través de MUBAG, acercar a los alicantinos esta imponente retrospectiva del arte italiano que destaca el papel fundamental de Milán como epicentro cultural y económico durante ese periodo del pasado siglo”, ha manifestado Navarro.

Por su parte, el director del MUBAG, Jorge A. Soler, ha puntualizado que “el extraordinario corpus artístico de esta muestra se enriquece con material histórico que permite comprender su interacción con otras realidades italianas y contextualiza las dinámicas culturales y sociales que marcaron esta etapa clave”. La presentación ha contado, además, con la presencia del cónsul honorario de Italia en Alicante, Danilo Angelini, la delegada de Cultura de la Embajada italiana en España, Teodora Danisi, y Danka Giacon, comisaria de la muestra junto a Nicoletta Colombo y Serena Redaelli.

         La nueva propuesta incluye 37 pinturas, cuatro fotografías de época y un video histórico, 48 documentos y publicaciones, nueve vestidos y piezas textiles, entre otras obras. Como ha explicado Giacon, “las más de 100 piezas, entre las que figuran obras maestras de 41 artistas de incalculable valor artístico e histórico, se exhiben a través de un recorrido diseñado que se despliega cronológicamente para explorar las transformaciones que llevaron la metrópolis lombarda a convertirse en un referente internacional en el campo artístico y en el de la producción industrial”.

El discurso expositivo otorga protagonismo a los óleos expuestos, mientras los contrasta con fotografías históricas –algunas de ellas inéditas–, audiovisuales, publicaciones y atuendos de época. Una cuidada puesta en escena que, como ha manifestado el diputado, convierte la muestra en “una oportunidad única para descubrir el esplendor artístico y cultural de Milán durante uno de los periodos más dinámicos y creativos de su historia”.

La exposición se articula en seis apartados, correspondientes a otros tantos movimientos artísticos: Milán y la Esposizione Universale de 1906; La transición del Divisionismo al Futurismo; Futurismo; El Retorno al orden y el Novecento Italiano; Modigliani y los Italiens de Paris; Abstraccionismo histórico italiano y Los años de Corrente.

Así, el recorrido comienza a principios del siglo XX, con la proyección de Milán al mundo gracias a la Esposizione Universale de 1906. Este colosal evento marcó el cierre de una era y consolidó a la ciudad como un espacio de convergencia entre arte e innovación industrial, sentando las bases para su transformación cultural y económica. En este contexto, el visitante se sumerge en la rica herencia de la pintura divisionista de finales del siglo XIX e inicios del XX, representada por artistas como Angelo Morbelli, Carlo Fornara, Vittore Grubicy de Dragon y Giuseppe Pellizza da Volpedo.  

El nacimiento del Futurismo en 1910 supuso un hito en la historia del arte italiano influyendo profundamente en la cultura europea y este movimiento vanguardista se representa en la exposición a través de obras de Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Fillia, Fortunato Depero o Bruno Munari, Pippo Oriani

La Primera Guerra Mundial marcó un punto de inflexión y la ruptura con las primeras vanguardias dio paso a un clima europeo general de ‘retorno al orden’, contexto en el que surgió el Novecento Italiano. En el espacio central de la muestra se presentan firmas como Mario Sironi, Achille Funi, Carlo Carrà, Felice Casorati, Gian Emilio Malerba y Anselmo Bucci. Sus obras están acompañadas por documentos y otras piezas que evidencian el vínculo del arte de la época con la producción textil y la moda, junto con catálogos y publicaciones que consolidaron la posición de Milán en el panorama internacional.

Las influencias extranjeras, en particular de París, también quedan reflejadas en la exposición a través de un diálogo cultural que se ejemplifica con Les Italiens de Paris, un grupo de artistas italianos nacido oficialmente en 1928 en la capital francesa e integrado por Giorgio de Chirico, Massimo Campigli, René Paresce, Filippo de Pisis, Alberto Savinio, Gino Severini y Mario Tozzi. Estos artistas desarrollaron un lenguaje innovador y formaron parte de la segunda generación de la École de Paris, sucediendo a la primera etapa del movimiento, que tuvo como figura central a Modigliani, genio italiano, también representado en esta muestra, que dejó una huella indeleble en el mundo del arte a pesar de su prematura muerte en 1920.

A principios de los años 30, el abstraccionismo histórico italiano tomaba forma en torno a dos núcleos de agregación, la Galleria del Milione en Milán, y el Grupo de Como. Figuras como Mauro Reggiani, Luigi Veronesi, Lucio Fontana y Manlio Rho lideraron este movimiento caracterizado por la búsqueda de un orden racional basado en las matemáticas e influyeron notablemente en el diseño industrial y relacionándose estrechamente con los ideales arquitectónicos de la época.

El recorrido histórico finaliza en la víspera de la Segunda Guerra Mundial con los artistas de Corrente, una tendencia neorrománica y expresionista surgida a finales de los años 30 en torno a la revista crítica Vita Giovanile. Entre los artistas representados en la muestra, destacan autores de referencias vangoghianas y picassianas como Renato Guttuso, Giuseppe Migneco, Bruno Cassinari o Aligi Sassu. ‘Milán, vitrina de la modernidad’ culmina con la representación del paro de la actividad económica, cultural y artística de la capital lombarda, que quedó devastada por los bombardeos de 1943.

La última sala ofrece una mirada íntima, a través del lenguaje audiovisual, que desvela los detalles, texturas y matices de algunas de las obras maestras expuestas.

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