El Archivo Municipal “Clara Campoamor” presenta como Documento del Mes de agosto la festividad en honor a San Cayetano

  • El origen de esta festividad se remonta a finales del siglo XVII en la sierra, donde se levantó la primera ermita gracias a la duquesa de Aveiro, esposa del duque de Arcos, con su correspondiente imagen para la veneración por todo el pueblo crevillentino, y adonde acudían gentes de toda la región

El Archivo Municipal de Crevillent “Clara Campoamor” presenta como Documento del Mes de agosto la festividad en honor a San Cayetano Thienne, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVII en la sierra, donde se levantó la primera ermita gracias a la duquesa de Aveiro, esposa del duque de Arcos, con su correspondiente imagen para la veneración por todo el pueblo crevillentino, y adonde acudían gentes de toda la región. El Archivo Municipal conserva mucha información relativa a estas fiestas locales y que se pueden encontrar en los presupuestos, programas de fiestas, prensa histórica o proyectos de obras realizados en la ermita, algunos ya publicados coincidiendo con esta festividad.

El paraje de San Cayetano en la sierra de Crevillent, es un lugar no sólo muy querido para los crevillentinos, sino vinculado al Centro Excursionista desde su misma fundación en 1954, entidad dedicada al montañismo que cumple este año su setenta aniversario, y cuyos estatutos compuestos por 33 artículos, fueron aprobados por el Gobierno civil el 11 de febrero de 1967. Fue precisamente el Centro Excursionista el que colocó la hornacina en la cima de San Cayetano, inaugurada el domingo 17 de agosto de 1958, tras los trabajos realizados por miembros del Centro y la empresa Mármoles Crevillente. La imagen fue tallada en relieve sobre piedra caliza blanca por Carlos Quesada Soriano, por entonces presidente de la entidad deportiva y fue instalada en la cumbre, tras cinco días de trabajo por parte de Federico Botella y Cayetano Candela.

El acto de inauguración contó con una misa celebrada por el párroco de Albatera, D. José Juan Barceló, ante 1.500 personas, con presencia de crevillentinos y gente procedente de los pueblos más próximos como Hondón de lo Frailes, Albatera, Elda, Petrer, Alicante, Elche y Murcia. Poco tiempo después y debido al mal estado de este bello e histórico paraje de la sierra, el Centro Excursionista solicitó al Ayuntamiento su cesión con objeto de “restaurar el Ermitorio, cuidar loas árboles, hacer accesibles los caminos, conservar el agua, levantar los márgenes y en definitiva, […] que San Cayetano recobre su belleza”.

La Comisión Municipal Permanente, con fecha 2 de febrero de 1962, acordó, por unanimidad, ceder al Centro “uno de los parajes más bellos e históricos de Crevillent”, facultando a sus miembros la posibilidad de utilizar los servicios del mismo, mientras los gastos de restauración correrían a cargo de la entidad de montañismo. Una década después, en mayo de 1968, una chispa eléctrica tiró al suelo parte de la hornacina colocada en la cumbre, que fue restaurada hasta que fue destruido completamente por un rayo, en octubre de 1973.

El Centro Excursionista, a lo largo de su dilatada vida, ha realizado numerosas actividades, no sólo deportivas, sino también culturales, como el I Concurso – Exposición de Fotografía, celebrado en 1962 con motivo de la Semana Santa, para premiar fotografías de la sierra crevillentina y rincones pintorescos de la población. Desde el Archivo se quiere homenajear al Centro Excursionista, así como resaltar el paraje de San Cayetano, vinculado durante siglos a la historia crevillentina.

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