- Se inicia el ciclo con La Bacanal, una de las obras más importantes del Museo Municipal “Mariano Benlliure” de Crevillent. La obra es ejemplo de la creatividad artística de Benlliure, realizada durante su etapa romana en 1888
Desde la Concejalía de Patrimonio del Excmo. Ayuntamiento de Crevillent y el Museo Municipal “Mariano Benlliure” se ha iniciado una serie de documentales que tienen por objeto dar a conocer el rico patrimonio artístico que encierra el Museo Municipal “Mariano Benlliure” de Crevillent. En el primer capítulo, la obra protagonista es el “Ánfora Báquica” o también conocida como “La Bacanal”, una de las obras más importantes, por no decir la que más, del Museo Municipal. Esta preciosa obra es un ejemplo de la creatividad artística de Benlliure, la cual realizó durante su estancia en Roma en 1888.
Según señala el director del Museo “Mariano Benlliure”, Julio Trelis, “lo primero que llama la atención de La Bacanal es el empleo de dos clases de materiales, el mármol, en esta ocasión de Carrara, y el bronce. Con el primero, Mariano Benlliure, realiza la peana de buen porte sobre la que descansa el ánfora”. Esta combinación de materiales, apunta Trelis, pretende provocar un contraste de colores y texturas, técnica que aprendió de su hermano y su padre, los cuales eran pintores. La peana de la obra se centra en la representación de satiresas, que a modo de cariátides soportan el tablero donde apoya el ánfora. En ella, destaca en bronce los motivos vegetales entrelazados con instrumentos musicales.
El ánfora, toda ella de bronce, la sostiene un trípode de garras de felino y tres sátiros sobre un ancho anillo por el que discurren escenas de una carrera de cuádrigas. Estos sátiros sostienen un aro donde se encaja el ánfora. Tal y como relata Julio Trelis, “en la parte de la panza se representa el cortejo y el banquete de las ceremonias báquicas, así como la orgía báquica bien destacada en su parte central. En la parte superior yerguen un sátiro y una bacante que se agarran a la boca del ánfora formando las asas”.
“La obras es un fiel ejemplo del arte más genuino de Benlliure, ya que al no ser una obra de encargo, el artista deja correr su imaginación y es donde se refleja el movimiento y dinamismo, las posturas naturales de los personajes y, sobre todo, ese `horror vacui´ donde no dejaba apenas una parte de su obra sin modelar. Mariano, hizo de esta obra dos versiones, una para el Conde de Valdelagrana y otra versión para el jardín de su casa, que es la que se expone en el Museo “Mariano Benlliure” de Crevillent”, concluye Trelis.