- La alcaldesa Lourdes Aznar Miralles ha visitado el centro educativo para conocer en persona y felicitar a la alumna María Belén Bautista Galipienso, quien ha elaborado uno de los relatos reconocidos en el próximo “V Certamen Literario Villa de Crevillent”, concurso organizado por la Concejalía de Educación
- “Me he emocionado muchísimo al leerlo”, ha reconocido la primera edil, quien añade que “la gala del certamen literario será el próximo 12 de junio”
La alcaldesa de Crevillent, Lourdes Aznar Miralles, junto con el edil de Educación, Antonio Candel Rives, y el concejal de Gobernación, Vicente Sánchez-Maciá Díez, han visitado el CEIP Julio Quesada – Pilar Ruiz, con motivo de la organización del “V Certamen Literario Villa de Crevillent” correspondiente al curso escolar 2023/2024. En esta visita, las autoridades han conocido la historia de la alumna María Belén Bautista Galipienso, niña con Trastorno de Espectro Autista (TEA), de 5º de Primaria del mencionado colegio público. Esta niña ha creado una emotiva historia que se alzará con uno de los accésits en una de las categorías premiadas de la gala del certamen literario que se celebrará el próximo 12 de junio a partir de las 19:00 horas en la Casa de Cultura “José Candela Lledó” de Crevillent.
La alcaldesa Lourdes Aznar ha explicado que quedó muy emocionada tras leer el relato titulado “Soy la pera” de María Belén. “En poco más de tres páginas nos cuenta la historia de una niña TEA y cómo afronta situaciones como hacer amigos nuevos porque su padre tiene un trabajo que le obliga continuamente a cambiar de ciudad”, apunta la alcaldesa, quien destaca que en las líneas de este relato encontramos otras referencias como “no es que no sepa hacer amigos, pero como mi mente funciona de manera diferente, lo de socializar no está entre mis mejores habilidades”.
La directora del IES Julio Quesada – Pilar Ruiz, Natalia Navarro Zaplana, ha mostrado el compromiso del centro educativo a la hora de participar en todas las iniciativas que se impulsen desde el consistorio. “Este relato de nuestra alumna ha plasmado lo que siente un niño o una niña con TEA, dando visibilidad a estos alumnos y alumnas y la sensibilidad de este relato es muy especial”.
Sobre el relato “Soy la pera”
El argumento de este relato narra situaciones cotidianas para una niña TEA y su hipersensibilidad a la hora de elegir unos calcetines que no le molesten, ruidos fuertes o sabores… “Mientras voy ordenando mi nueva habitación, voy pensando en lo que pasará mañana cuando empiece el colegio. ¿Entenderá mi profesor o profesora que a veces puedo ser un poco parlanchina? ¿Entenderá la maestra o maestro de música que si me molesta el ruido necesito ponerme los cascos? ¿Me dejarán dibujar en clase para poder autoregularme? Como extraño mi antiguo cole, donde podía hacer todas estas cosas en mi día a día”, escribe Maria Belén en el relato. El final feliz de la historia es que esta niña vive un primer día de colegio fantástico en el que toda la comunidad educativa le recibe con los brazos abiertos, desde profesores, directora y compañeros. “Mi nueva clase tiene pelotas en las patas de las sillas y así no hacen ruido al arrastrarse, también tiene un rincón para relajarte si lo necesitas e incluso el cole tiene un oasis de mariposas”, explica y añade que “en mi clase, he hecho amigos muy rápido y he estado todo el patio charlando y jugando”. El texto finaliza con la alegría de esta niña que mientras vuelve a casa en coche, mira el paisaje con la ventanilla abierta y grita: ¡Soy la peraaaa!
A continuación compartimos el relato íntegro de “Soy la pera”:
Un día antes de empezar el cole
Otra vez me cambio de colegio.
Ya estoy cansada de cambiarme tantas veces por el trabajo de mi padre. Ahora me tocará empezar de nuevo, lo más difícil, será hacer amigos. No es que no sepa hacerlos, pero como mi mente funciona de manera diferente, lo de socializar no está entre mis mejores habilidades.
Para que lo entendáis os lo explico con un ejemplo que vi en la tele.
Imaginaos un cesto lleno de manzanas, hay grandes, pequeñas, rojas, verdes… Pues yo, soy una pera. Soy una fruta, pero con mis diferencias. Es lo que tiene ser Asperger, o como lo dicen ahora, “autismo grado 1”.
En casa, cuando lo conté nos reímos mucho con este ejemplo, porque mis padres dicen que ser “La Pera”, cuando ellos eran jóvenes, era ser “el más guay”.
Me han dicho que podré hacer más amigos, pero no creo que esta vez sea así. Siempre me dicen que yo puedo hacer en esta vida lo que me proponga, que soy una campeona, que todos los días vengo de mi planeta, que es mi casa y me adapto a un mundo en el que se hacen y dicen cosas que en algunas ocasiones no entiendo muy bien. ¡¡¡Qué difíciles son los dobles sentidos!!!
Aunque a mí se me da bien aprenderlos y ahora pocas veces me los tomo literales.
Con lo feliz que estaba yo en mi colegio y ahora me toca adaptarme a otro. Allí tenía a mis amigas: Lucía, Carolina y Bashira; pero en fin, supongo que algunas veces tienes que empezar tu vida desde 0.
¡Qué estresante todo!
Lucía era muy leal y siempre nos acompañaba. Tiene un pelo muy largo y bonito y nos deja peinárselo.
Carolina, se reía siempre, incluso en los momentos serios de clase. A veces era un poco incómodo cuando lo hacía en momentos nada graciosos. Su ira era muuuy rara y divertida. Tiene un gusto de la moda bastante bueno y siempre elegía nuestros vestidos y complementos cada vez que íbamos a salir a algún sitio. Fuera importante, o no, siempre tenía que ir bien vestida y sus acompañantes también, si no, no salía nadie. “Todo por la moda!” decía.
Y por último está Bashira, la más honesta de las personas que conozco, ¡probablemente la más honesta del mundo! Que también tiene una característica especial y para mí es la más asombrosa: ¡ella es maga! O al menos, principiante, pero hace los mejores trucos del mundo.
En clase, Bashira, ¡nos hacía trucos de magia geniales! Sigo sin saber cómo podía hacerlos, y ahora supongo que no lo sabré nunca…
¡Qué triste estoy!
Ultimo día antes de empezar el cole
Ya estamos instalados en nuestra casa.
Mi habitación es un poco más grande que la que tenía antes y tengo un cajón enorme para guardar mis calcetines. Vaya problemón con los calcetines todos los días. Esto de ser “La Pera” no es tan fácil. Puedo tardar una eternidad intentando encontrar unos por la mañana que no me molesten. La hipersensibilidad no es fácil de manejar y me supone en algunas situaciones un dolor de cabeza. No solo me pasa con los calcetines, también con los ruidos fuertes, con los sabores, con tener las uñas muy cortas… que, por cierto, ¡es súper molesto y no me deja tocar nada durante horas!
Mientras voy ordenando mi nueva habitación, voy pensando en lo que pasará mañana cuando empiece el colegio. ¿Entenderá mi profesor o profesora que a veces puedo ser un poco parlanchina? ¿Entenderá la maestra o maestro de música que si me molesta el ruido necesito ponerme los cascos? ¿Me dejarán dibujar en clase para poder autorregularme? Como extraño mi antiguo cole, donde podía hacer todas estas cosas en mi día a día.
En fin, a ver mañana como me va. No sé si podré llegar a dormir de los nervios…
Primer día en el cole
¡Qué contenta estoy con mi nuevo cole!
Cuando he entrado, todos me han recibido con los brazos abiertos, tanto los profesores, la directora, los compañeros… Se me había olvidado que ser nueva no es tan malo, nadie conoce tus chismes y puedes contar todas las historias de nuevo.
En cuanto a la adaptación, mi nueva clase tiene pelotas en las patas de las sillas y así no hacen ruido al arrastrarse, también tiene un rincón para relajarte si lo necesitas, e incluso el cole tiene ¡un Oasis de Mariposas! Nunca había visto uno.
Mis profesores están al tanto de mis necesidades y me lo han puesto muy fácil al igual que mis compañeros. En mi clase, he hecho amigos muy rápido y he estado todo el patio charlando y jugando.
¡Ha sido un gran día!
Mis padres han venido a recogerme y no he podido parar de parlotear contándoles todo lo que me he divertido hoy.
Este curso promete.
Así que, mientras vuelvo a mi planeta, con el corazón saltándome de alegría, voy mirando el paisaje con la ventanilla abierta y gritando: “Soy la peraaaaaaaaa!, ¡SOY LA PERA!”