- El festival organizado por el Institut Valencià de Cultura se posiciona como plataforma estatal de la danza, con la asistencia de más de 180 profesionales locales, españoles e internacionales
- El trabajo para dinamizar la afición y la circulación de las artes del movimiento se prolonga todo el año con el programa ‘Impuls a la dansa’ y acuerdos de colaboración con diferentes instituciones
Durante nueve días de abril, del 15 al 23, València ha sido foco de la danza a escala internacional y plataforma de la creación coreográfica estatal; fiesta y mercado, escenario y negocio. Dansa València reunió, en su 36.ª edición, a 34 compañías, de las que 17 fueron valencianas, 15 del resto del país, y dos, internacionales, en concreto de Portugal y Bélgica. A esa diversidad geográfica se sumó la temática, dimensional, generacional y estilística. Hubo formaciones veteranas y emergentes, de pequeño, mediano y gran formato; de contemporáneo, flamenco, folclore revisitado, danza-circo, artes vivas y bailes urbanos; para público adulto y familiar; en teatros y salas, pero también en museos, calles, parques y plazas.
Alrededor de 10.000 espectadores y espectadoras mostraron su entusiasmo ante las propuestas diseminadas en 12 espacios diferentes de la ciudad, con aforo completo en casi todas las salas, y la curiosidad de centenares de personas en las propuestas al aire libre.
La afluencia en salas fue masiva, colgando el cartel de ‘no hay entradas’ en algunas de las funciones de los teatros Principal, Rialto, el centro de artes vivas La Mutant, y las salas Carme Teatre, Espacio Inestable y Matilde Salvador. En lo que se refiere a los espectáculos de calle y espacios no convencionales, se registró una asistencia de aproximadamente 5.000 personas.
La cita con las artes del movimiento, organizada por la Consellería a través del IVC, y dirigida por María José Mora, se ha erigido en un espacio para la reflexión, el encuentro y la promoción de la creación española. A través de misiones inversas, encuentros profesionales y mesas redondas y la grabación en directo de programas de Radio Nacional de España, el festival ha adquirido la entidad de mercado comercial.
Este surtido de propuestas feriales consta, así mismo, de todo un programa de apoyo a los artistas, con apartados para la exposición de proyectos y puesta en marcha de mentorías, tanto para la presentación de negocios como para la internacionalización.
Además de los asistentes regionales y estatales, venidos de todas las regiones, este año 2023, la ciudad acogió a agentes culturales de diversos países europeos, así como a profesionales de Canadá, Israel y Latinoamérica. En total, más de 180 representantes, entre especialistas de la gestión, la distribución y la comunicación, respaldaron Dansa València como plataforma estatal de la danza.
El festival se ha diversificado con una feria relacional con resonancia el resto del año, pues el trabajo sembrado en esta larga semana de actividades redunda en la programación de artistas y espectáculos en meses venideros, el intercambio creativo entre comunidades autónomas y la puesta en marcha de nuevos proyectos.
Dansa València también realiza un trabajo profundo para ampliar la comunidad de las artes del movimiento de la ciudad. En esta edición se pusieron en marcha dos talleres: uno para personas mayores de 65 años, impartido por Vicent Gisbert, que contó con más de 20 asistentes en las tres sesiones propuestas; y otro para menores en riesgo de exclusión social en el barrio de Marxalenes, dirigido por Hort Art, que tuvo como broche final una sesión abierta con alrededor de 30 participantes.
La cita cultural volvió a poner en marcha los itinerarios guiados por la crítica de danza Sara Esteller, en los que 18 personas pudieron disfrutar de tres de los espectáculos programados, con el aliciente de acceder a encuentros e intercambios de opiniones con la mediadora y los artistas, y aprender sobre tendencias, formatos y otros detalles de la danza actual.
Una frondosa red de colaboraciones
La continuidad está asegurada con esas semillas que irán dando fruto, en el futuro, en beneficio de la danza estatal, tanto en lo creativo como en lo económico, pero el trabajo del festival no se acota a la semana larga de mercado y oferta de espectáculos. Dansa València ha confeccionado un programa expandido de actividades que se prolongan temporal y geográficamente durante todo el año.
Por un lado, cada edición, se establece y consolida la red de alianzas con entidades de dentro y fuera del país, para que los artistas valencianos puedan aprovechar los recursos y conexiones que estos intercambios propician, a la vez que se ofrece a creadores de otras regiones y de Europa la posibilidad de trabajar y darse a conocer en la Comunitat Valenciana. Este tejido de alianzas comprende, en la actualidad, colaboraciones con la Compañía Real de Teatro de la ciudad de Bruselas (KVS), Tenerife LAV, la Universitat de València, el Museu de Belles Arts, Fira B y el Graner de Barcelona.
La segunda edición del acuerdo de cooperación con el centro adscrito al Departamento de Cultura, Juventud y Medios del Gobierno de Flandes pone a disposición de un artista local una beca de residencia en el teatro belga que implica poner un espacio de ensayo, asesoramiento artístico y acceso a la red KVS.
El nuevo acuerdo con el Laboratorio de Artes Vivas de Tenerife LAV comprende la estancia de un creador o creadora, que este año será María Tamarit, en una residencia artística de aprendizaje donde se beneficiará del acompañamiento del LAV.
El Aula de Artes Escénicas del Vicerrectorado de Cultura de la Universitat de València coopera, por su parte, en el impulso del talento local a partir de la puesta en marcha de estancias de creación en las que las compañías y artistas locales pueden probar, pulir y perfeccionar sus propuestas.
Finalmente, el Museu de Belles Arts de València ofrece una estancia para el desarrollo de un proyecto de investigación que aporte significados renovados sobre el espacio arquitectónico y/o los fondos patrimoniales y pictóricos del museo a partir del movimiento, de modo que los conecte con la contemporaneidad. La artista seleccionada es Ana Lola Cosín Torada.
Entre las novedades de esta nueva edición, cabe destacar el acuerdo cerrado con el mercado Fira B!, organizado por el Institut d’Estudis Baleàrics. El espectáculo ‘Meohadim’, de Jacob Gómez, ha sido programado en el mercado profesional de las artes escénicas de las Islas Baleares, que tendrá lugar del 9 de octubre al 5 de noviembre en Palma.
Queda pendiente la resolución del Graner de Barcelona, por la que el centro de creación seleccionará a un artista valenciano para recibir acompañamiento y la residencia de una pieza, que, una vez germinada y crecida allí, será exhibida posteriormente en Dansa València. En años previos fueron seleccionadas Lara Miso y Paula Serrano para desarrollar sus trabajos.
‘Impuls a la dansa’ en el territorio
Por otro lado, Dansa València renueva su iniciativa ‘Impuls a la dansa’ a lo largo de 2023 con la complicidad del Circuit Cultural Valencià y dos líneas de trabajo marcadas: la formación específica de un colectivo de programadoras y programadores implicados en el proyecto, y las estancias y mediaciones remuneradas de creadoras, creadores y compañías valencianas en espacios descentralizados.
Este año, las instituciones implicadas son 10: los ayuntamientos de Aielo de Malferit, Aldaia, Almassora, Burriana, Dénia, Elche, El Puig de Santa Maria, Silla, Villena y el Vicerrectorado de Cultura de la Universitat Jaume I de Castelló.
Como novedad, en esta edición, el colectivo Dánzate, integrado por Marta Sofía Gallego Sampedro y Andrea Dolz Burdeos, llevará a cabo el proyecto ‘Me gusta bailar, pero se me da fatal’, una propuesta lúdica de mediación y conexión con las comunidades de los municipios participantes a modo de verbena popular.
El objetivo es generar procesos de diálogo, escucha e intercambio entre los cuerpos que componen la sociedad a través de las herramientas que ofrece la danza.